Maldicientes,

los habladores del mal,

no tienen cuernos, ni tridentes,

pero sí la rabia en su lenguaje

y un fardo de miseria sobre su espalda.

Maldicientes,

te increpan y susurran,

para hacerte de menos,

quitarte tu estima.

No quieren una mujer loba acotando su espacio,

sino una damisela  gris entre sus barrotes,

por eso te culpan,

mala madre, mala hija, mala esposa, mala novia, mala…

será la regla, la menopausia o la luna…

(Llamémosle libertad)

Maldicientes,

los habladores del mal,

te quieren presa

de sus desdichas,

esa falda es demasiado corta

eres demasiado joven,

demasiado vieja,

alta, gorda, flaca, baja…

 

Las niñas temen un lobo feroz en su travesía,

pero no se dan cuenta que el lobo es el narrador

o la narradora,

imponiendo la ley del miedo sobre el bosque.

 

Maldicientes,

los habladores del mal

no descansan

siempre que les escuches,

por eso

RESPIRA…

NO LES ESCUCHES…

que se pudrán en su queja miserable

en su murmullo,

Ellos no podrán hacerte más daño

porque son humo y polvo de paja

y su mayor tormento es su propia existencia.

 

Te quiero libre, mujer

te quiero libre

 

17 comentarios en “Mal hablados

  1. Hace tiempo que las mujeres deberían ser libres por que ellas nos enseñan desde que nacemos lo que es la libertad, y nosotros míseros egoístas le arrebatamos la suya. Yo también quiero a la mujer con la libertad que ellas nos enseñan cada día. Me gusta Pilar y gracias por tus versos…

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  2. Buenos poemas
    Has compartido un bocado veraz sobre las mujeres combinado con la naturaleza, la historia y las relaciones personales. Un enfoque en las mujeres es más relevante hoy en día. Las mujeres y los hombres necesitan ajustarse en un mundo cambiante. Gracias por sus visitas a AOC. Pasa por más y di Hola.

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