La vida, a veces, nos sitúa al borde de un precipicio. Y nosotros, no pocas de esas veces, no nos ayudamos mucho, embaucándonos tras la queja o la desesperación. Para esos días recupero un poema que escribí hace tiempo.

 

Nada es igual que ayer

al menos, como hoy lo ves,

lo que se va y lo que viene,

lo que fuiste y lo que tienes,

Nada es igual que ayer

 

 

Ves, tu cuarto, huele a menta

y esa luz que hoy alimenta

los rincones, las macetas,

y que tu cuerpo perfila,

entre tonos violetas

se tropieza con las lilas

que asoman a tu cintura,

lo ves, ya se fue la duda

y también esa amargura

Nada es igual que ayer.

 

Porque el dolor ya se fue,

al menos como hoy lo ves

Nada es igual que ayer.

8 comentarios en “Nada es igual que ayer

  1. ¡Que magnifica composición! Ilustra a la perfección el valioso significado de vivir el tiempo presente. Resulta increíble como muchas veces perdemos horas divagando y añorando cosas que ya fueron pero no llegamos a pensar que esto nos consumió incansables energías que podemos canalizar en otras actividades de crecimiento como tu lo has demostrado en aquel bello poema.

    ¡Felicitaciones!

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