Cuántas son las muertes que no asisten
al funeral de nuestros fundamentos,
en esta sociedad de cicatrices,
de manos vendadas
y la vista perdida
en la receptación de las miserias.
Cuántas son las muertes que en la vida
transitan en los estercoleros de la ausencia,
zombies demandantes de la sal que crece
contaminada
entre las grietas del asfalto.
Cuántas son las voces conformadas,
las voces despistadas,
en el acúfeno de la sobrevivencia
y cuántas las borracheras que se fraguan
en los soportales de la impotencia.
Y, yo, persisto en creer en luna abierta,
la llave del portal,
en aquel día
en el que las luces de todas las ciudades
podrán amanecer,
sin permiso,
reclamando
ser cascada
de oxígeno
sobre los pulmones del futuro.
Magnífico !
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Rovica!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bonito.
«Y, yo, persisto en creer en luna abierta»
Nunca pierdas las ganas de creer. Necesitamos tu espíritu poético. Hacen falta personas que, como tú, sigan pensando que pueden volver los amaneceres.
Un beso poeta.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Matias. Un beso!!!
Me gustaMe gusta
que nos va a quedar si no creemos en nada??
aunque según están … quién puede creer en algome ha gustado Pilar
beso
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Luces!!. Sin creer en las causas no hay posibilidad de cambio
Me gustaLe gusta a 1 persona
también es cierto
pero qué difícil nos lo ponen a veces…
Me gustaLe gusta a 1 persona
Eso también es cierto!!
Me gustaLe gusta a 1 persona