Va pasando la vida, y no despacio,

             enredada y asida a correntías,

             unas fuertes mareas, marejadas,

             y otras olas pequeñas, como rimas,

de los besos que siempre prolongamos

             y regalan, a saltos, la alegría.

             Va pasando la vida, tropezando

             con los cantos más grandes y pequeños,

             los vaivenes del tiempo y el espacio,

el desamor, las luces, y ese fuego

que prende el amor en nuestros labios.

             Va pasando la vida, como un juego,

la fortuna en su rueda traicionera,

unas veces nos alza, otras nos lleva

boca abajo, sin rumbo, sin espera.

             Va pasando la vida, y es lo menos,

que cuente el tiempo el reloj

y que el otoño traiga vides

repletas de las uvas de septiembre,

y las lluvias y el frio de noviembre

             pues la nada es el olvido y la carencia,

             el vacío del alma y la tristeza,

             ese no hallar sentido, y en un sueño

             sumergirse en las glorias del pasado,

             a veces tan amargo, a veces tan distante,

             y otras veces tan cálido y vibrante.

             Va pasando la vida, como un soplo.

             Y pobre del que huya de este paso,

              siendo fantasma de sus propios miedos,

              exista sin vivir, y muera entre lamentos.

              .

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