Nada es igual

sin transitar el mar como una isla,

en la asimetría de los nombres

de las gotas minúsculas que forman

un paisaje imaginario.

Nada es igual,

sin verse desde dentro, encaramada

en el caos primordial y el viento ajeno.

El aire siempre sopla y alza velas

en la ilusión cromática de un cielo

que emula un fuego interno,

atemporal, privado de su espacio

dejando que el vacío

imprima la inexistencia de las formas.

La materia no existe,

y siempre asombra

la plasticidad de su relato

tal cual lo ves,

tal cual tú eres,

tal cual yo soy.

La irrealidad del bosque

que se cierne

sobre despistados ojos.

Solo puedo decir

que las leyes de la termodinámica

no conocen el efecto de tus besos.

5 comentarios en “Isla

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