
Si tuviera que elegir entre lavanda,
amatista, púrpura, violeta,
me quedaría anclada en el magenta
dibujando un velero con mis ojos
Y en ese intenso tono de mi pluma
navegaría en mares color vino
Desataría olas tan celestes
para alborotar sus gotas
como granos de amarillo avena
Y mis dedos tornados en pinceles
encontrarían sentido entre los ocres
para tejerlos en color cian
abriéndose paso
en un acrílico atardecer de invierno,
que desate la cromatología
de los versos.