¿El éxito que buscas es realmente lo que quieres? ¿En cuánto dependes de lo que te han dicho que debes ser o hacer? ¿Cuántas veces eso te ha llevado a la ansiedad? ¿Cuántas a hacerte daño buscando cualquier placebo en algo nocivo para ti? ¿Cuántas a querer huir, sin más, o desbordarte? Si buscas una fórmula mágica, no encontrarás más que tretas. Si quieres el código, te harás una persona conveniente. Pero en la inconveniencia esta el camino para tu auténtico propósito. Y eso no le gustará a los que se benefician de que las cosas sean así; no serás sumiso ni dominable. Pero por qué ha de importarte, es tu vida . Tú decides.

Escucha el cántico de los terapeutas, el que sostiene con la letra más pequeña y minúscula la paz interna.

Os comparto un poema sobre una visión más amable de la contemplación, buscando en esta actitud lo positivo que puede servirnos de herramienta, algo que no siempre, confieso, he comprendido.

TERAPEUTAS

No son héroes ni mártires.

Son aquellos

que aman la arena deslizándose,

como si no hubiera ningún sentido,

entre los dedos de sus manos.

Y observan detenidamente cómo

las partículas minúsculas

se pegan obstinadas a su piel

y sienten la caricia

del ligero viento que cabalga al este

en el amanecer de sus desiertos.

Ellos saben

que bajo un cesto de flores

las raíces se ocultan

desordenadas y ajenas

a la programación de su lenguaje.

Ellos conocen

que no es tan importante aprender el código,

ni siquiera dominar el algoritmo,

que pueda proyectarse en un espejo.

No anhelan saberlo.

Ignoran su existencia y desde su olvido

marcan otra pauta diferente,

alimentando esos brotes que silenciosamente

van generando brisa en el desorden.

Y es en ese momento cuando la arena

suavemente dibuja entre sus manos

las sincronías superiores.

Y no hay espejo, ni programa, ni caos.

Solo la naturaleza de la playa

y el habla sigilosa del océano.

Y son libres, pase lo que pase,

ocurra lo que ocurra,

pues ellos sostienen,

por sí mismos, cada instante.

No pocas veces admití no comprenderles,

¿Qué puede mejorar si no hay acción

en la contemplación más absoluta?

Más ahora entiendo

que no por solitario hay soledad

y que en sus cánticos enraíza el germen

que derroca al babel materialista

y al velo que todavía cubre

las oquedades de los poderosos.

Y en esa fortaleza que reside

en las trenzas de los nombres

se rellenan todos los espacios.

Nada hay más libre

que construir un cántico

con una sola letra diferente.

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3 comentarios en “Terapeuta

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