Una frase,
que se dice poesía,
para ser pisada,
entre los pasos,
detenidos,
de pasajeros de palabras,
estrechando la vida,
desde el vacío de las ausencias propias.
Madrid no necesita frase,
porque Poesía es,
simplemente,
Madrid.
Una frase,
que se dice poesía,
para ser pisada,
entre los pasos,
detenidos,
de pasajeros de palabras,
estrechando la vida,
desde el vacío de las ausencias propias.
Madrid no necesita frase,
porque Poesía es,
simplemente,
Madrid.
Madrid en plaza, las notas en el suelo
simulando gaviotas en vuelo
y un rastro de palomitas
que siguen a un papel agitado por el viento
Él pidió una taza de café,
ella temblaba al recoger los vasos,
en la terraza de un bar, a mediodía,
Se miraron,
se perdió en el laberinto de sus ojos
y jamás quiso buscar otra salida,
iluminando Madrid.
En un solo abrazo, abarrotando
de calor el hielo de sus sueños