CONJURO

Creo que una pitonisa

me hizo un conjuro de amor

con azahar,  hierba luisa,

y  un puñado de arroz

 

Y ahora que estoy hechizado

camino desesperado

tras tus pasos y tu voz

 

Que alguien bienaventurado

se apiade de este humano

y contrarreste el hechizo

porque de ti soy mendigo

porque sin ti estoy perdido

que ya no sé lo que digo,

esto no puede ser sano,

no lo estoy diciendo en vano

 

 

Escarabajos y ajos,

una figura de barro,

todo se mezcla en un tarro,

con un poco de calor.

 

Y mientras hierve me arde

este pobre corazón

 

Que alguien bienaventurado

Se apiade de este humano

y contrarreste el hechizo

porque me muero de amor.

 

 

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Una bola de cristal

Una bola de cristal

para verte como vas

Preguntar por el futuro

y si existe algo seguro

cuánto tengo, cuánto dudo

y quizás cuando vendrás

 

Una bola de cristal

Prometiendo que jamás

Preguntaré en todas partes

Dónde verte,  si buscarte

Dónde paras, dónde estás

 

 

Una bola de cristal

un hechizo sin igual

que me atrapa sin poderme liberar

que me deja impresionada por tu piel

recorriendo tus caricias, desvistiendo tus sonrisas

recordando cada instante del ayer

 

Una bola de cristal

que me atrapa sin poderme desatar

de este nudo sin final

Navegante entre la bruma y de las prisas

por volver a ti otra vez

 

 

Una bola de cristal

para verte como vas

y si existe algo seguro

preguntar por el futuro

cuánto tengo, cuánto dudo

y  quizás  cuando vendrás

Deja que el agua moje tus pies

No hay demasiadas piedras sobre el río,

sino las suficientes para atravesarlo.

La dificultad no estriba en el tamaño, ni siquiera en la pendiente.

No te compares, ni en el arrojo de los otros, ni la densidad de los obstáculos,

cada persona tiene una prueba distinta y un nombre diferente,

nuestro propio pulso y nuestro propio paso.

No intentes detener la corriente,

porque todo es pasajero,

deja  que el agua fluya suavemente, e incluso, permite que moje tus pies

y podrás llegar a la orilla.

Sin embargo, si dejas que en tí anide el miedo y la impaciencia,

la agresividad será tu lecho

y serás ira, angustia en alma enferma, sedienta de lo externo.

Por eso, recuerda, en cada paso, que no importan los inconvenientes

sino tu determinación para seguir avanzando

Sin leyenda

No quiero hilo rojo para esperarte,

ni rosas azules para no aguardarte.

No quiero mensajes, ni espejos que hablen,

no quiero leyendas de sitios distantes,

ni hadas escondidas en  suerte de ángeles,

ni historias perdidas en alguna parte

 

porque si tú me besas,

yo te beso,

construyéndome,

ideándote,

en un castillo de colores y de instantes

Cuento/ Conto

Pensando una historia, me recuerda un cuento

de una dama triste y un duende pequeño,

cual  trasno y travieso,  dormía en un sobre

y escondía cosas en un sitio nuevo

para que la dama cuando las quisiese

siempre las buscase y nunca tuviese

 

La pequeña dama ya desesperada,

imploraba al duende que siempre ligero

le daba el hallazgo, ganándose un beso

 

Algo imaginado y algo de mentira

Una realidad que cambia y que rompe

Toda tempestad y el color de tu nombre

Mírame a los ojos, convierte mi suerte

Haz que ya no sea figura entre lunas

que vaga en desiertos, ríos y torrentes

 

La pequeña dama hizo luz en sombra

Torque de metal, transformada mente

y aquel feo trasno se convierte en niño

 

Dicen, todavía, si quieres, dormido,

puedes verlos juntos jugando entre el trigo

o chapoteando en aguas del miño.

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Pensando unha historia, lémbrame aquel conto

dunha dama triste e un trasno pequeno

Cal trasno e traveso, durmíase nun sobre

e escondía cousas, sempre un sitio novo

para que a dama cando as quixese

sempre as buscase, máis nunca tivese

A pequena dama xa desesperada

Imploraba ao trasno que sempre lixeiro

dáballe o achado, gañándose un bico

Algo imaxinado,  algo de mentira

Unha realidade que cambia e que rompe

toda tempestade e a cor do teu nome

Fica nos meus ollos, troquela esta sorte

Feixe que xa non sexa figura entre lúas

que vaga en desertos, ríos e torrentes

A pequena dama fixo luz en sombra

Torque de metal, transformada mente

aquel feo trasno convértese en neno

Din, aínda, se queres, durmido,

podes velos xuntos xogando entre o trigo

ou chapoteando nas augas do miño.

Nuestra propia senda

  Una corriente es un continuo devenir. El agua no siempre es la misma. Tampoco nuestra piel.  Por eso no existe un camino único.

   Cada persona tiene una senda propia. Un tesoro propio.

    Por ello no hay que despreciar al ego, sino integrarlo, transmutarlo, en nuestra identidad más elevada y serena.

    Si Occidente puede aportar algo importante es el pensamiento de que la verdadera esencia de la transmutación es, justamente, la integración, cuerpo y mente, para una posterior expansión.

    El orden universal crece y mejora en expansión. Es un camino desde la nada hacia el infinito cero. Círculo, espiral, y movimiento.

     Y el combustible de ese movimiento es el amor. Si no amas, no creces.Si no amas, no hay senda.

El color de lo simple

Hacer a nuestros ojos visible la naturaleza, puede ser un buen método para reencontranos. Mi padre siempre miraba al mar, de forma persistente, en busca de esa paz que curiosamente, casi siempre tenía. En este poema se intenta emular ese estado al que se llega tras descender a la nada para reiniciar el camino desde ella. Los colores y las formas son irregulares, impresionantes, complejos y a la vez simples.

 

Mar, cobalto azul, indefinido

en gris te amo como la roca tosca

sin erosión en desde, quizás hacia la nada

amanecer en alba,  de blanco-plata en brote

Tierra, sin mas, deseo, de ocre sobre el lienzo

amarillea el trigo y se delata el fruto, verdeando

en el simple devaneo de las hojas.