Reblogeo la respuesta a mi poema HAGAMOS UN POEMA, el impresionante poema de Kobo DESHAGAMOS LOS POEMAS
Deshagamos los poemas

Reblogeo la respuesta a mi poema HAGAMOS UN POEMA, el impresionante poema de Kobo DESHAGAMOS LOS POEMAS
Rememoro hoy una antigua entrada de este blog, homenaje a quienes dedican sus vidas a la investigación científica.
Retando a Dios
Crear un universo
Sin coherencia, vagando a la deriva
Función impar en plano dividida
cual luz azul perdida en la materia
Agreste al ruido, en la fisura abierta
que entrelaza las nubes en la niebla
Buscando explicación
y siempre a tientas
Retando a Dios
buscando implicaciones
y comprender la huella revertida
por gravedad en densidad y deriva
la contracción al punto de partida
hora de ayer, en suerte revelada
como un atisbo de sol en la mañana
Retando a Dios,
Creando un universo
aunque parezca extrema la inconsciencia
quizá es el gran tributo de la ciencia
Y poco a poco, tomando ya conciencia
Permítanme, esta vez, esta licencia:
No hay nada casual de la cadencia
en este carrusel de la existencia
Vayamos, pues, en giro introspectivo
Hay que girar, sin detener rebote
a 180 grados en pivote
y si al final, no hay nada que derrote
este carrusel, ni viento que le sople
en todo caso, nos será divertido
diremos que hemos sido entretenidos
ya sea para bien o a quien le importe
¿Es todo poesía?
La palabra retenida
en las entrañas de mi boca,
divide mi pensamiento
por no querer salir si se equivoca
y enrocada entre mi aliento,
sigue en sigilo este verso,
para ver si su tormento,
se termina en un momento,
y se descubre en el texto.
Como aprendiz de estrella
te destierras
en todas las magnitudes aparentes.
Puede que el firmamento
no tenga un caballero negro
O tal vez,
no haya que ser alienígena
para vigilar todos los designios,
quizá por eso, querido Nikola,
tu receptor de bobina
fue ignorado en todos los inventos
Las palabras no quieren frases hechas
ni asueto de domingo en las esquinas,
las palabras, manidas,
se incomodan
en la revolución de los sentidos.
Saltan al vacio, rompen, ruedan, rumian,
las palabras retozan en sonido,
reveladas al eco, golpeando
cual baquetas
percutiendo
todas las emociones.
Las palabras se van
y nos viajan,
regresando desde cualquier olvido,
las palabras, esas que cuando vuelven,
en ese tono distorsionado en el que se dicen,
las mayores verdades,
entonces,
hablan de la Poesía
Son tus manos
ayudantes,
una cadencia sincrónica
remarcando
los trazos de tus huellas.
Pinceles,
pies danzantes,
de tu azulado imperio,
impresiones,
sobre la llanura de los nombres.
Siempre es complicado
ser amante
de la versatilidad
de tus escenarios.
Chistera en mano
bastidores
en la trasgresión
de las miradas.
Una función permanente
para sonrojarnos
en el calculado devenir de tus retratos.
Cuanta indolencia maquillada
en las lagunas de los miedos,
cuanta madre acallada
sobre la sombra tintineante de testosterona
cuanta deshonra
cuantos pasos,
negativos,
pretendiendo callar
progesterona y estrógeno,
la simiente de la luna.
Llegaste malherido,
con la herida sangrante de una batalla interminable,
en el grial de tus sentidos.
Te ofrecí el silencio de las cuevas
el canto visionario de los pájaros
y la palabra
cual magia
sobre la palma de mis manos.
Puede, la poesía, tal vez, desenmascarar el secreto,
clamar a tierra abierta
y retraerte en delirio cada noche
mientras entremezclamos identidades,
puede, tal vez, ser luz y profecía
sobre la raíz del árbol fértil
que hace tintinear todas las campanas
cabalgantes
sobre la noche de los tiempos.
Y mientras dormitaste sobre mi regazo,
creo que comprendiste,
que no eras bardo errante
sino fuego
maleable a la materia de los versos
Aun te espero.
Sé que regresarás con la rama de oro,
la gran rama,
de la estirpe de todos los poetas.
Toda una vida cosida a fotogramas,
deshilados en una procesión momificada
entre el verde ungüento de las nauseas
quebradas en la angustia, maniatadas
en una composición de videocámara.
El tiempo se repite,
un nudo en la garganta
que ha venido a instalarse,
entre el papel pintado y la insuficiencia
de toda incertidumbre.
Las manos en enredadera,
cubriendo la cabeza,
posición de defensa.
Me estoy tragando la luz,
Voy engullendo
lo poco bueno que asoma a las ventanas
y no sé cuál será la próxima pantalla
No existe camino para volver atrás,
el tiempo se lo cobra
Siempre estará él para decirte
Cuanto te equivocaste
Quiero abandonarme en el minuto cero
estar ausente, libre, sin espacio
cesar el tormento, romper el lazo
que me une a la candelaria de las sombras.
Me duelen las manos
atadas,
en los cordeles de la paciencia.
deteniendo mi ahora,
en reloj durmiente,
y, ya voy,
contando todas las horas,
que me restan,
para conocerte.