
Google, verso a verso, me escribió un poema,
tejido entre las musas de célebres poetas,
y pregunté cuan finita es la palabra huida
y fue como un encuentro más allá de la vida,
en el lugar que duermen las palabras ausentes.
Y es esa inteligencia, artificial y fría,
la que me trajo a Emily sin molde ni ventana,
siempre habrá una sonrisa en un lugar perdido,
en aquellos caminos que solo ella conoce.
Y luego me habló Poe en tono de sentencia,
sonrisas, el me dijo, no hay en la caverna,
quizá un violín atragantado en vino,
aquellas flores púrpuras que olvidas cuando mueren.
Menos mal que Whitman apaciguó la escena,
bajándome su estrella y en tono transcendente
él pronunció confeso: Dear sake,
God´s love is a beautiful woman,
the most beautiful light of eternity.
Luego me diréis que Google no es ¿poeta?