Un amplio bosque con velas encendidas

Me despierto y no sueño,

pero veo despierta,

un amplio bosque con velas encendidas

y el horizonte abierto, un horizonte guía

sin eco que le estorbe,

sin ruido que ensordezca esta su alegoría.

Llega el otoño azul, permutando veranos

y el viento del oeste aplaca su cordura,

un segundo regalo para quien aprisiona

los secretos más claros del árbol de la vida.

Te veo caminando por senderos de hierba,

tocando tierra firme,

ya es hora de hacer puerto

y mirar a la costa con aroma de invierno,

desatando los besos que quedaron guardados

en el fruto salvaje de esta bienvenida.

Bienvenido a este reino,

ausente de relojes,

donde los pájaros

crecen

más allá de las jaulas

y siempre existe un día

repleto de festejos.

Bienvenido a este reino,

ajeno a las coronas,

sin monarca ni mago,

ni cavernas oscuras,

donde tus manos

simplemente

reinan

sobre todo afluente de la luna.

Sin números ni arcanos,

sin palabra perdida,

nada más que tus ojos

llamando al mediodía.

La danza de los nombres,

la manzana prohibida

en un cesto repleto

de arándonos y lilas.

Me despierto y no sueño,

pero he visto despierta,

un amplio bosque con velas encendidas.

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Misericordia de María Sotomayor.Letraversal poesía

Llueve en lentitud inicial, dice María Sotomayor, en un magnífico poemario, con una maravillosa portada, edición cuidada y en el que se suceden poemas de alta calidad. Poesía de lo mejor en el panorama actual y arte con mayúsculas, ese que nos ayuda a transcender un poquito, entre la oscuridad más brillante. Versales de imperio, para la misericordia propia y la misericordia de todos. Profundidad y cadencia impecable. No llegan las palabras para describir un poemario que, sin duda, merece compartir estante con los más grandes. Un poemario para releer y no cansarse de hacerlo. «Cuanto más hondo, más transparencia». Os invito, si no lo conocéis a leerlo y disfrutarlo.

No todo es fantasía

No todo es fantasía

en las palabras secretas,

ni toda realidad es verdadera,

la nada tiene forma

de luna pasajera

y el cielo calla cosas

en toda primavera.

La oscuridad alumbra

desde su vez primera

los blancos más bonitos

sobre la noche nueva.

No todo es fantasía,

porque tu boca es verde

como la hierba fresca,

tu mirada es tan blanca

que se expande y expresa,

los paisajes azules

de amapolas y fresas

El cielo sabe a rosa

cuando esconde las copas

del árbol centenario

que habitan nuestras hojas.

No todo es fantasía,

porque tu piel es verbo,

tus manos recorrido

del mapa de mis ojos,

desarmando el misterio

con incienso de lirio

y aroma de desierto

de naranjas y rojos.

Y los dos somos uno,

tal vez, “algunas veces”

cuando las olas bajan

                                   espuma violeta

y la aurora se alza

                                  con sus luces repleta.

No todo es fantasía.

el silencio de nubes,

la conjunción que une.

Los números son versos,

la música, los vientos

y las letras espejos.

Espejos de colores

que me alcanzan tus brazos

en paisajes sin tiempo.

No todo es fantasía,

porque tu boca es verde…

Proyección

Muchas veces la mente insiste en retorcerse, impidiendo comprender que lo que rumia es, en muchas ocasiones, mentira.

He visto un arco iris, blindando la escalera,

los peldaños resisten el viejo pasamanos,

mis ojos detenidos imprimen colorido

sobre la luz que ofrece ajena la ventana.

Se curvan las espaldas, con el peso apagado,

resignadas al miedo, en cuerpo acobardadas.

Pero el óleo resiste todas las vestiduras,

y asciende la palabra sobre esos pensamientos

que a menudo deforman la mirada exigente.

Y ahora cuando llego

a la mitad del trayecto,

ya no hay escalera ni cuerpos encorvados,

ni siquiera hay peldaños, ni suelo, ni pisada

ni verbos mensajeros que retengan el viento.

Y es en esos momentos, cuando todo persiste

en proyectar secuencias, imágenes en libros

y la cinta se atasca, se hace un lio el ovillo,

sin regreso ni avance, pues nada es necesario,

     cuando se comprende,

                                    que todo               es mentira.

Luz de gas

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Navego entre la niebla sin vislumbrar el faro,

el mar es siempre un esotérico compañero

y en sus formas aplaca los miedos ancestrales

marcándome en espuma las rocas traicioneras.

 

Hace sol, me dices, el día hoy es espléndido.

Aquí la tierra firme. ¿No la ves? Son tus ojos.

Te engañan y no ven la luz de mi mirada.

Yo siempre soy profeta de mares entreabiertos,

dibujante entre olas de aquellos labios tersos,

que no dejan de amarte por mucho que la noche

te traiga la tormenta y tu mirada ausente.

 

La niebla va calando los huesos infantiles

y no hay ingenuidad que resista al abismo.

No hay sol, ni luz, ni tierra, ni eres un profeta

sino un hombre perdido que busca alimentarse

de todas las lunas,  destruyendo mis mapas.

 

No creo pueda avistar la tierra si hablas a mi oído,

con absurdas respuestas que nadan en vacío.

 

Hace sol, me dices, mira qué bello día

ilumina las flores en la mañana abierta.

Te quiero, a mi manera. Lo sabes y te gusta

eres mi faro guía, la luz de mi sonrisa

aquella que tenías cuando nos conocimos.

Una noche cualquiera, en las aguas, perdida,

esperabas mis brazos y yo te di la vida.

 

Mis ojos ya no miran a través de los tuyos.

Ya veo tu tormenta, la bruma y la indolencia.

Tu vacío, tu horror y tus palabras huecas.

 

Avisto tierra firme. Estoy de nuevo a salvo.

 

Te enojas y te irritas, ¿no ves el mar del fondo?

¿No hacía un día espléndido? El cambio de estrategia.

El camino es oscuro, tú no podrás seguirlo.

Te arrepentirás de no venir conmigo.

 

No miro y me concentro en la mañana clara.

Tu noche sobrecoge tu mente despistada.

Explicas a la gente que estaba enajenada,

que no veía el sol, que navegaba ausente

y buscas en las aguas una nueva sirena,

que te cure esos males que yo solo he causado.

 

Espero no la encuentres por su bien. El destino

ya me indica el camino para este mi regreso.

Los árboles me escuchan y se abren a mi paso.

Ya veo la salida del cruel laberinto.

 

Estás loca, me dices, no podrás alcanzarla,

tu precisas mi ayuda, mis brazos, mi cariño.

 

Pero yo ya conozco que lo que tú no puedes

es amar

 

 

 

 

Alquimia

 

 

potion-3539394_1920Arañarse los dientes,

levitando

en la rumiación de los imposibles.

 

Pensamientos,

la mente siempre

imaginando pasados,

los caminos tortuosos

que se indican

sabedores

de la ausencia de salida.

 

Cada cosa a su tiempo,

cada cosa…

a destiempo.

 

Conocemos esa espiral imbatible

que juega a despistarnos.

 

Muchas veces tememos

soltar ancla,

pero toda iniciación obliga

a desterrar las irrealidades

de la materia.

Corregirse,

soplar viento,

transmutando

la nada

en una rosa.