Porque no existe ninguna razón,
ni mandato que imponga los motivos,
porque no existe techo a los sonidos
ni firma, ni cláusula, ni pacto,
que me impulse a rodear tus manos
abarcando infinitos.
Porque no te necesito,
Te amo
Porque no existe ninguna razón,
ni mandato que imponga los motivos,
porque no existe techo a los sonidos
ni firma, ni cláusula, ni pacto,
que me impulse a rodear tus manos
abarcando infinitos.
Porque no te necesito,
Te amo
Las constelaciones de tus caricias
sobre mis puntos cardinales,
indicación al oeste, sugiriendo
que todo estará bien un nuevo día
Añoro tus mensajes apostados
en el alféizar de mis sensaciones
Inopinado azul en el blanco techo
en el que se describen nuestros versos
conjugando en sol un solo verbo,
amándote y amante, amor y amado.
Mis pies,
como pinceles,
sobre el terrazo,
tatuando de rosas,
el quebranto de sus piedras,
rellenando,
la sinrazón de tu ausencia.
Acrílico delineando
las desventuras,
entre el huecos dedos,
acantilado de recuerdos,
precipitándose
sobre mis estrofas.
Todavía te quiero
El aire viajante
retozando en tu pelo
conspirando, conspirándome
los versos más perfectos
tan fugaces
entre los sonidos de tu ropa
No hay pétalos,,no, ni margaritas
que puedan despejar la incertidumbre
y sabes que lo tengo por costumbre
por eso me aturde y me despista
Y no es luna de abril ni primavera
para proseguir como cualquiera
como si fuera ayer la vez primera
Es difícil volver sin autopista
No hay plano que voltee hacia mi misma
ni atajo que seguir si yo pudiera
No hay pétalos, no, ni margaritas
Amarse
para desarmarse
Y retomarse sin cabida
Amarse sin distancia
sin medida
cimentando un nosotros cada día
No hay cordura en el regreso
Cuando el tiempo se detiene
insólito en la cordillera de tus ojos
Retornando la memoria de nosotros
Pausa y fuego de luz abierta al eco
Que proclama tu nombre en cada verso
En la precesión de mi memoria,
hacia los 360 grados de tus noches
reencuentro el aroma de tu ropa,
la bendición estrellada de Centauro
sobre la incesante cascada de tus besos
Permuto hoy este grado y aquel día,
un trueque sobre el eje de los tiempos
en búsqueda del sur de tus miradas
y siento todavía que te quiero
Entre nosotros
existe un puente a medio construir
pero nunca deja de fluir el agua
humedeciendo mis sentidos
La intensidad de tus caricias
iguala al verde en primavera
y al color cobrizo del otoño
iluminando mi piel