¿Y si no es oxígeno?/ Sin rumbo

                    Reten pensó que no había mejor opción para investigar el problema que un nuevo análisis de la situación en la zona del colisionador de hadrones. Y allá se fue acompañado de Javier, con la intención de realizar todas las comprobaciones que se le ocurrieran. Utilizó herramientas, medidores, cálculos, pero nada, no veía nada que le pudiese arrojar una pista, hasta que, cuando ya daba todo por perdido,  advirtió que  Javier jugaba con un medidor de gases. Se fijó en su pantalla, advirtiendo que arrojaba unos datos contradictorios.

                    Espera, dijo Reten, ahí está. Hay un flujo de gas, no puedo identificarlo, pero que opera aquí dentro como un líquido, evaporándose y provocando una intensa cavitación. Eso puede causar la inestabilidad elástica de la cúpula y el atasco de los puentes. Pero de dónde sale este gas y qué es.

                    Puede ser un gas modificado, por algo, o alguien, quizás si calculamos su masa molecular- apuntó Javier- podremos saber algo más ¿Estamos en condiciones de hacerlo?

                Mientras Reten proseguía en su búsqueda, también lo hacía Suib, en su particular visita a las almas errantes. ¿Hay alguien más aquí que sepa algo? preguntó a la Doncella y al Inglés. No creo, contestaron al unísono las almas errantes, la mayor parte de las criaturas que aquí vivían ya están acartonadas, son materia muerta, cartones, nada. Nos pasará a nosotros también- dijo la Dama- es triste, muy triste,  si no detenemos el avance del oxígeno.

                  Suib comenzó a toser. No es nada, no es nada, masculló, me ahogo. Suib comenzó a sentir una presión incompatible con la presencia de oxígeno en grandes cantidades como al principio parecía. Tuvo que hacer uso de su mochila de oxígeno para respirar.

                 ¿Y si no es oxígeno? Al principio me pareció que sí, pero ahora…no respiro. Sea lo que sea no era propio de ese submundo, ya que paradójicamente, estaba “matando” a las criaturas fantasmales, El problema era complejo, realmente complejo, pensó Suib mientras se despedía, para proseguir su camino hacia el círculo de Jano.

            En ese momento, les sorpendió volando una imagen acartonada, que exclamaba con voz entrecortada: ¡son ellos, han sido ellos ¡ cayendo acto seguido al suelo.

               Suib reconoció enseguida esa figura de cartón. Todos la conocían por el nombre de Berta, la bruja del abismo. Ella guardaba el tránsito al inframundo, y siempre evitaba que las almas buenas, por muy errantes que fueran, cayesen en sus aguas.Desconcertaba verla así, sin vida, con la misma textura de una caja de cartón . Ya ves, afirmó  el Inglés, pronto todos seremos eso, cartulinas extendidas por estos túneles. No hay esperanza.

             ¿Pero quién eran ellos? ¿A qué o quién se refería la vieja Berta?