Cuando decidí ordenar mis poemas de amor bajo un alfabeto, en un alfabeto para amarse, lo hice de manera improvisada y no emulando, lo confieso, la decisión de otros poetas. Aun así, luego cuando ya estaba publicado, Un aflabeto para amarse, recaí en la lectura de la obra de un poeta, jurista y político ecuatoriano del XVIII/XIX, que gustó del mismo criterio para ordenar su consejos en forma de verso en su Alfabeto para un niño. Yo aquí homenajeo a Olmedo en su dimensión como poeta. De la vida, hace tiempo y por muchos motivos, lo que más me interesa es lo que esconden dentro las personas y por ello la poesía. Hoy retomo como base un poema de José Joaquín de Olmedo, llamado un sueño, y escribo este poema, que se lo dedico y espero le llegue, entre los pliegues de las dimensiones de los tiempos.
Saber puedes las veces que te amo,
las veces que recuento nuestro sueño,
y aquellas otras tantas que despierto,
maldiciendo,
la luz del día, la torre, la mañana,
la historia que no fue, que era soñada
y me quedó pegada en la mirada.