Un poema para mí

La vida, hoja en blanco, mancha en tinta

entre viejas heridas como letras

se hace poema- noche, mano, abrazo

de esos que se pegan desde dentro

habitante de un verso que vestido

sabe más de mí, más que yo misma.

La palabra es errante, viajera

turista entre las líneas, que son mapa

en el verbo imperioso de la tarde

y las ráfagas perdidas de algún beso.

Tomo al abismo como propio

no temo lo profundo de sus ojos

lo insondable, lo inquieto y revulsivo

como la marea de la noche.

Camino por su pendiente, lo recorro

como parte de mí.

El vacío se me antoja líquido

maleable, efímero, volátil.

Lo observo, expectante

y le sonrío

contemplándole como una maravilla

en las posibilidades de llenarme.

Y ahora que me hablan los silencios

amo todas mis letras y mis formas

ya nada me turba,

soy yo recorriendo mil caminos

y en todos me encuentro con mi rostro.

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La noche oscura del alma

Seas bienvenido a una serie de videopoemas místicos. Este lo escribí y edité hace algún tiempo. Con la simbología del cantar de los cantares intento adentrarme en el complicado equilibrio del entendimiento. De la columna izquierda a la derecha todos navegamos en idas y venidas, oleajes, para intentar vislumbrar una respuesta. Los dogmas pueden ser un camino estrecho, pero los símbolos son tan universales que nos conectan y abrazan.

Es un vídeo un poco largo, os lo comparto esperando sea del interés de alguno de vosotros/as

@universoespejo. Derechos reservados.

Paseo

Pasos,

dijo el poeta que al andar se hace el camino,

el camino como huella,

la permanencia del avance

y la aceptación del recorrido.

Yo, que soy poeta a medias

me gusta olvidar el camino,

no dejar migas de pan para un fácil retroceso.

No siento necesario guardar la ruta.

El regreso es avance hacia el origen.

En este transito que empieza

la luz se detiene, anochecida

revelando la importancia del paseo.

Pasear contigo sin saber a dónde,

las estrechas calles,

las amplias avenidas,

y las gotas de lluvia que caen delicadas

bajo el abrigo de los soportales.

La tierra que revela su verde en primavera

y el amarillo paisaje de agosto.

Pasear contigo sin importar a dónde,

deshaciendo pasos,

renombrando el camino,

porque tú eres la meta,

tú eres el recorrido,

el avance, el sentido,

el sonido de la luna

musicando al sol.

Un universo sobre tu mano

sobre mi mano

danzando

en un giro sincrónico

para revelar

la inexistencia del tiempo

cuando todo lo es

contigo.

Quien busca…

Quien busca la luz

tras la cáscara de su ojos,

no grita a hora inoportuna.

Conoce que es amarga

la vid que no madura,

que no hallará el fuego

que queme los rastrojos

sin antes despertar

con otra luna.

y puede abrir el cielo

para no hacer costura

de propias cicatrices,

recolocarse fuera,

y visitar la duda,

ajena a los barnices,

sin puntos de sutura.

Desciende aquel abismo

donde mana y se fragua

la fuente de uno mismo

a bendecir el agua.

2 de abril. ¿Conectados?

Miguel tenía las manos arrugadas, tanto que, si te fijases solamente en ellas, afirmarías que se trata de un anciano. Sin embargo, su expresión facial era suave, su rostro terso, sin apenas arrugas. Le mirabas a los ojos y parecía un niño. En realidad, ya había cumplido los 70. Vestía de forma muy extraña y siempre portaba un amuleto de un sol. En el pueblo todos decían que se había vuelto loco, que había tomado esto y aquello, participado en sectas y sociedades secretas. Los lenguaraces siempre tienen mucha imaginación. En ello les va su negocio.

  No me gustaba ir al pueblo. Sus gentes solo sabían hablar de lo que había ocurrido a otras. Únicamente cambiaban de tema cuando querían advertirte de algo negativo. Pasara lo que pasara, todo era para mal. Que si te iba a salir mal el negocio que proyectabas, si no ibas a aprobar tal examen, si ese novio no era el mejor para ti…Todo mal.

  Viernes Santo y con una niebla densa. Un día intensamente plomizo, de suelo extremadamente gris. No podía aguantar otra advertencia de mi tía, así que salí a la calle, por pura necesidad de respirar y no escuchar nada tóxico.

  Miguel estaba sentado en un banco, mirando al río. Sus ojos parecían absortos en el discurrir del agua.

   — Siéntate aquí, María.

   —¿Yo?

   —Sí, quiero contarte algo.

    Me senté a su lado y una extraña sensación se apoderó de mí. ¿No sería un psicópata? No lo conocía. Todo el mundo decía que estaba mal.

    —María te conozco desde pequeña. Tengo que contarte algo. Ya sabes que yo he vivido mucho. He intentado buscar a Dios en todas partes. Pasé del catolicismo a la nueva era, de la nueva era a la kabbalah, de la kabbalah al sufismo, del sufismo al sincretismo…Todos los caminos que se podían recorrer los seguí y no lo encontré, salvo ahí, en el agua.

     —¿En el agua?

     —Sí, María, en el agua. Sobrevolándola. ¿No lo ves?

     —Me temo que yo no veo nada.

      —Cada uno ha de tomarse su tiempo y su búsqueda. María, queda poco tiempo, poco tiempo…

     —¿Poco tiempo?

     —Para asumir el pacto. Hay que sellarlo

     —¿Qué pacto?

     —El cuarto pacto. Las tablas de la ley han desordenado sus letras. Ahora es tiempo de hacer una torre.

     —¿Una torre?, ¿Cómo la torre de babel? Eso no le gustó a tu Dios, eso era un desafío contra él.

    — No, María, esto es distinto, es una torre para la unión. El cuarto pacto, es la conexión entre todas las palabras buenas. Todas las letras están dispuestas a reunirse, para formar palabras buenas. Todos debemos aprender a hablarlas.

    —¿Y qué es una palabra buena?

   —María, no pensé me harías esa pregunta. ¿Qué va a ser? Aquellas que nos unen, nos conectan y nos hacen ser conscientes de la realidad de los otros. Esas son las palabras buenas.

Tras esta breve conversación con Miguel, pensé que quizá era cierto que estaba loco, como decían las gentes del pueblo. Sin embargo, esa misma noche soñé con una torre tan alta, que formaba escaleras de palabras buenas, para conectarnos entre todos. Quizá Miguel no estaba loco, quizá tenía razón y la única forma de mejorar este planeta desbocado, es comenzar a inundarlo de palabras buenas.

VIRIDITAS

Benedicta viriditas ( Bendito verde)

Reverdece,

siembra,

en laberintos,

sobre todas tus ramificaciones,

sánate,

permite que el agua acaricie

todas las grietas,

resurgiendo,

los tallos más verdes

en cada oquedad de tus heridas.

No importa dónde estés,

ni a dónde vayas,

la edad que tengas,

ni cuáles son tus miedos,

todo bosque conlleva

una salida al mar,

como todos los tránsitos,

los hoy no transito,

son solo fragmentos

de esa primavera venidera.

Reverdece,

cuida, protege, abrázate

riégate, espera,

 y no decaigas,

comprende

que no podemos ver los frutos

sino después de sembrar nuestra cosecha.

Reverdece.

No todo es fantasía

No todo es fantasía

en las palabras secretas,

ni toda realidad es verdadera,

la nada tiene forma

de luna pasajera

y el cielo calla cosas

en toda primavera.

La oscuridad alumbra

desde su vez primera

los blancos más bonitos

sobre la noche nueva.

No todo es fantasía,

porque tu boca es verde

como la hierba fresca,

tu mirada es tan blanca

que se expande y expresa,

los paisajes azules

de amapolas y fresas

El cielo sabe a rosa

cuando esconde las copas

del árbol centenario

que habitan nuestras hojas.

No todo es fantasía,

porque tu piel es verbo,

tus manos recorrido

del mapa de mis ojos,

desarmando el misterio

con incienso de lirio

y aroma de desierto

de naranjas y rojos.

Y los dos somos uno,

tal vez, “algunas veces”

cuando las olas bajan

                                   espuma violeta

y la aurora se alza

                                  con sus luces repleta.

No todo es fantasía.

el silencio de nubes,

la conjunción que une.

Los números son versos,

la música, los vientos

y las letras espejos.

Espejos de colores

que me alcanzan tus brazos

en paisajes sin tiempo.

No todo es fantasía,

porque tu boca es verde…