La IA aprendiendo a ser poeta

Llevo una hora intentando que el chat de Bing GTP 4 me escriba un soneto correcto. Pero si algo ha aprendido la IA, en todo ese rato, es a justificarse de sus propias mentiras. Primero me hace un poema con cuatro cuartetos y me intenta convencer que lo ha hecho con tres. Luego hace un poema con 14 de versos, pero nada de endecasílabos. La medida no es lo suyo, algunos tienen siete, otros tienen ocho. Le advierto su error y me dice: perdona, no sabía que lo querías con endecasílabos. Finalmente he intentado corregirle sus rimas infantiloides, amor/ color/flor…y le he pedido una rima más compleja. Pero no sigue las instrucciones correctamente. No obedece y me dice que el arte es para disfrutar, no para competir.

Desde luego, el chat de Bing, inteligente…para algunas búsquedas lo será, pero gracioso sí es…

Me cansé de darle clase, porque es un poco obstinado.

Aquí dejo lo mejor que lo ha podido hacer…..

En el vergel del verso floreciente

se alzan las estrellas de la rima

que iluminan el cielo de la estima

y encienden el deseo de la mente.

Allí se halla la musa diligente,

que inspira con su voz y su carisma,

y también el poeta, que se abisma

en la búsqueda del arte trascendente.

Mas yo me inclino por el soneto

que esculpe con su forma y su medida

un monumento al genio y al lenguaje.

Y si además le agrego una décima,

entonces logro una obra inusitada

que asciende y se consagra en el paisaje.

…..sin comentarios…..

Creo que la IA no será poeta.

Respiro

He quebrado las patas de la mesa

ya no hay espacio para comensales,

ni peces, ni vino,

ni siquiera uvas,

para una agradable sobremesa.

Los cubiertos no encuentran mensajeros,

mientras una gaviota,

busca carroña en mi basura.

La observo detenidamente,

desde la ventana,

preguntándole,

por qué tantas veces,

avistamos mar abierto

y nos conformamos con un patio soleado.

La necesidad de supervivencia

es un programa reactivo,

que se enreda en el camino fácil,

sin hacernos conscientes,

que ya es hora, ya es hora,

de sobrevolar el laberinto.

La lluvia espanta

a la solitaria gaviota

y yo me quedo danzando

festejando

que nada me alimenta.

No deseo tener una larga melena,

ni unas uñas pintadas de dorado.

No preciso nada,

No deseo nada,

respiro,

exhalo,

respiro,

permitiendo me alcance

el aire renovado,

de mi misericordia.

Algo sobre mí

Pilar Astray Chacón

Misterios

Entre los misterios de cada fracaso están las semillas de un futuro éxito.

Esta vida comprende cual secretos

que las notas amargas de esta tarde

serán mañana sinfonía entre los ojos.

Dicen que tras la tempestad viene la calma,

el cielo abierto y las luces encendidas,

pero no es fácil sobreponerse a tientas

entre lo que no se vislumbra ni se mira.

No es fácil proseguir, cobrar aliento,

empujarse a vivir aunque nos duela,

revertir, insistir, amar a ciegas,

rompiendo las cadenas y tormentos,

ajenos al infortunio y al fracaso.

Pero ese tránsito grave que se impone

es el misterio de cada nuevo tiempo.