Rompo mi luz en grito desgarrado

y no encuentro acomodo.

Me revuelvo, me rasgo, me impetro, me ignoro.

Resquebrajada y hecha trizas

 

Pregunto: ¿Dónde están los soles de tus noches?

¿Dónde está el Thor implorando al caldero de la vida?

¿Dónde se halla el universo de cien lunas?

 

Me temo que cuando Beltaine zurce la cinta para esconderse,

las amazonas no se hacen visibles,

y ya no hay duendes para escogerte

ni zapatos para recorrerte

en la anchura generosa de tu nombre

 

Si un día, te dejaste raptar entre guirnaldas.

Al menos hoy, posee el toro blanco de tu fuerza,

resurgiendo en Avalón con tus cuatro hadas

y las manos llenas de manzanas.

 

Nuestro círculo de fuego se torna en lágrimas

desgarradas  en la suerte de sus hijos,

y he ahí el roble,

árbol herido  que nos muestra su mejor verde

nos está esperando para descubrirnos

La fuerza de sus ramas.

 

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