Y si digo

Y si te digo que tus ojos son como esmeraldas

despertando a la luna,

me dirás que te hago una metáfora,

no muy realista

porque tus ojos son del color de la miel

y les duele la noche.

Nuestras oscuridades son un campo de batalla

y no tenemos gafas de visión nocturna.

Quise encargar en Amazon una lámpara azul

pero informan que el producto está descatalogado.

Quizá podamos vernos

en la estantería de los libros prohibidos,

único lugar en el que encuentro

el código secreto para hablarte.

Es duro comprenderte, mi adversario,

ese incombustible antagonista,

que no teme a la luz.

Siempre fantaseo

que existe un lugar como refugio

de los buenos momentos

y que algún día hallaremos un motivo

para descorchar los sentimientos

y sentir como la pasión recorre

todos los segundos de mi tiempo.

Fuera de mí. Dentro de mí.

Arriba y abajo.

Una palabra puente,

para transmutarnos

entre las luminarias de diciembre.

Y si te digo que tus ojos son la miel serena

que despierta el sabor de tus abrazos,

me dirás que es una metáfora

y no muy realista,

porque tus ojos a veces son tan verdes

que se pierden

en las profundidades de tu bosque.

Y es así, mi adversario, que entenderte

supone enfrentarse a mis silencios.

De esta historia hay que salir indemne

para no repetirla en otra vida.

Aunque si fuera así, también confieso,

que quizá tus besos

calmarían la sed de mi sonrisa.

La coma asesina

La coma asesina,

me despista, del verbo,

me desviste,

me ausenta,

sin masticar mis adjetivos.

Pero he encontrado un truco,

para enlazar las letras

sobre la ventana de tus besos.

Como un renacimiento,

impetuoso,

de mis identidades.

Por eso,

bésame,

hasta que se borren

todas mis ausencias.

 

 

 

Tono

la luz se encuentra detenida

sobre mi mano,  verde en aceituna,

esos frutos,

reivindicantes

de su invernal primavera.

Ese tono suave,

ese destiempo

marcando el anti-acento en los compases,

descubriéndote pleno,

en toda la inmensidad de la cosecha,

aceite regalado por el sol

aceite deslizado,

sobre la métrica de un beso.

 

Anti-tesis

Dicen que el infinito es anónimo

que todo es rayo y luz,

y no hay lenguaje que comprenda

la cápsula en idea,

yo disiento

pues tus besos

son firmamento imantado hacia nosotros

Mi verso  tiene materia terrestre,

salpicante del polvo de la atmósfera,

nominando los soles

de nuestro  universo reconocible.

Será por eso, que tanto me gusta esta vida,

siempre existe eternidad,

cuando el viento arremolina la tarde

anunciando lluvia,

mientras me acaricias

y nos miramos

desde la ventana

de los tiempos.