Como una incisión,
desangrando,
la tabla periódica,
en el orden de los elementos,
suena
una canción.
Quién diría,
que los tacones nunca rozan el suelo,
cuando el ritmo se apresura,
ensamblando,
la materia de los besos.
Como una incisión,
desangrando,
la tabla periódica,
en el orden de los elementos,
suena
una canción.
Quién diría,
que los tacones nunca rozan el suelo,
cuando el ritmo se apresura,
ensamblando,
la materia de los besos.
Así es la pasión.
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