En blanco,
sobre el papel,
el lienzo roto de mi mirada.
Lejos,
muy lejos de mí,
sigue la vida.
En blanco,
sobre el papel,
el lienzo roto de mi mirada.
Lejos,
muy lejos de mí,
sigue la vida.
La coma asesina,
me despista, del verbo,
me desviste,
me ausenta,
sin masticar mis adjetivos.
Pero he encontrado un truco,
para enlazar las letras
sobre la ventana de tus besos.
Como un renacimiento,
impetuoso,
de mis identidades.
Por eso,
bésame,
hasta que se borren
todas mis ausencias.
No siempre se comienzan las mañanas,
cuando se acaban las noches.
Hay días en Aurora permanente,
extendidos
sobre la poesía de tu rostro.
Camino
sobre la puntera deslizante,
de unas bailarinas,
un concierto de alegorías,
en la geometría de la vida.
Camino,
sin raíces,
deslizándome,
en el aroma indisciplinado de tus labios,
siendo el viento,
nómada sobre tu piel
y paisaje en tu recuerdo.
Si una nube extraterrestre
invadiera esta atmósfera
se quedaría perdida, entre tus ojos
para hacerse aurora, en todas tus mañanas.
Tendría que haber mil lunas,
custodiando,
la rotación terrestre de tu rostro
la traslación de los sentidos
y ese océano inexpugnable de tu mente,
cuando me preguntas
si te amo.
Claro que te amo,
con todas las letras,
y en cada una
de todas mis posibles vidas.
El amor es frágil,
como el cristal de bohemia
rozando los labios,
en ese instante,
que el imponente tinto de la uva
se une a la madera de unos versos.
El amor es tan frágil,
y a la vez tan fuerte,
como el cuarzo blanco
que preside,
mi cuello,
llamando a tus besos.
Es fácil quererte.
A veces el amor
Se hace jirones,
Impresencia constante
Quemarropa,
Un final advertido y previsible.
A veces,
Pero otras,
Esas otras,
Tan benditas,
Te abrazan a una piel
Con nuevos ojos,
Y te devuelven la vida
En un instante.
Es la danza del cortejo
Sobre un balcón de nuevas golondrinas.
Lo único importante
es besarte
hasta que el nuevo día,
nos traiga el sol sobre la piel dormida.
Por eso,
si me besas,
no preciso ningún otro regalo
En ese espacio,
milimétrico,
imperceptible,
entre tu y yo,
habita todo el paisaje que es posible imaginar.
Imaginarte es quererte.
Mis versos son tus ojos,
demandando,
el abrazo de todas las mañanas.
Tú eres el mejor poema de mi vida.