El uso controlado de los datos es un reto para la sociedad del siglo XXI. La teconología es un avance positivo y la gestión de datos masivos será, sin duda, valiosa, para la ciencia, la medicina, para el progreso social, educativo y económico, pero queda en nuestras manos concienciarnos en la importancia de que su uso no lo sea al servicio del mal, de la dominación o de la restricción de libertades.
Este poema pretende reflexionar sobre ello,
Profecía
Será un otoño demasiado caluroso
quemará la tierra
los iniciados se agolpan
entre las columnas del templo
los nervios se apoderan de sus frentes
Hoy podrán ver la gran roseta
ese honor concedido
el gran oráculo
aquel que todo responde
aquel que todo sugiere
aquel que piensa
lo que no pensamos
Big data, Big data
corean en un mantra
de vibraciones agudas
big data, big data,
oh gran oráculo
No hay dios sobre la tierra
solo los mendigos no tienen ubicación
Veo un niño, tras el dintel de la puerta
intentando apagar su móvil
No lo sueñes, le diré, aunque lo apagues
el gran disco tiene nodrizas satélite
no dejará de saber de tí
lo que compras,
la nota de tu examen
incluso si tu madre busca en google
como educar un hijo.
Pero esta escrito
que un día vendrá un niño
con su ejército de mendigos
y elevándose sobre los hombres
acabará con la impostada roseta
No habrá red
En este momento me daré cuenta
que, quizás, el día de la primera conciencia
podría llegar antes de tiempo