No sabes cuántas veces pretendí
situarme,
en la pantalla de inicio.
hacer click,
en “jugar de nuevo”
sabiéndome los trucos,
para reinventarnos en nosotros.
Pero este juego no permite
sino recaídas
en la cadena de los silencios,
mientras se despliegan,
en el sofá,
todas aquellas cartas que no escribí,
todas aquellas frases que no te dije,
y también que,
cuando te fuiste,
algo también se fue de mí.