Todavía me piensas tras mi ropa,
en una algarabía de trompetas
y todavía te pienso, fuego intenso
la anaranjada luz que ya me increpa
a viajar tu rostro, reencontrando
la tarde bendecida entre tu cuerpo,
cuando ya nada importa ni me resta,
cuando, fuera de cuentas y sucesos,
octubre se derrota entre tus besos
Nada es igual, el sol está distinto,
las nubes desdibujan las manzanas,
pero tú, siempre tú, como si fueras
un hipnótico abismo que me llama,
hojarasca, ventisca, en madrugada,
recoges mi palabra y me desarmas.
Es otoño, la cosecha ya está lista,
para traerme el vino de tu boca
y recorrer tu piel entre las uvas,
tus manos son expertas trapecistas
de la pasión que mece y se acentúa,
todavía te pienso y…
me abarrotas.
Reblogueó esto en El Noticiero de Alvarez Galloso.
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Muy bueno. Un saludo
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Gracias Pippo
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Que preciosidad de poema, Pilar!!!
Maravillosos versos.
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Gracias!!
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