
El ritmo trepidante de la escena te distrae,
y te lleva a vagar por el sonido, sin resistencia.
La impedancia se hace nula,
y tus auriculares son antenas misteriosas
y no por misteriosas, más oscuras.
Te vas sumergiendo entre las ramas,
inconclusa dualidad, el bien y el mal,
el mal y el bien
eres animal, asesino, muerto,
ignorante,
de que todo tiene un precio.
No esperes que un conjuro alquímico,
transmute tus sentidos,
pues la realidad es ajena a tus limitaciones
y casi imperceptible.
Dicen que hay vampiros invisibles
y la verdadera sangre que les alimenta
es tu desconexión. Ese vacío.
Treinta monedas de plata,
un plato de lentejas,
miles de misiones,
a cambio de precio.
¿Crees que toda idea es casual?
Toda orden es causal.
El pensamiento atrapa la mente animal,
sedienta, para retozarse con el ego.
No me sigas.
Lo que yo te ofrezco
no tiene bucles de aventuras,
ni más monstruos que los interiores.
Sígueme si has comprendido
que, si no te blindas,
no podrás avistar el horizonte
donde todo holograma se decae
y tú eres maestro creador
de tu propio juego.
Sígueme si eres tan valiente,
que podrás resistir los ataques sin reacción,
revirtiendo su orden
encomendándote a la acción
en el tiempo propicio.
Sígueme si estás dispuesto
a recorrer tus sombras
para reconocer que lo que ves fuera,
y no dominas,
y odias,
lo tienes dentro.
No me sigas si todavía piensas
que puedes ser un ganador,
tras el game-over.
El tiempo del juego se ha acabado,
aunque tú creas sigues en el mismo.
( Fdo: Tu maestro interior)