A mi maestro un buen día,
el» boli» se le torció
y en lugar de escribir ceros
escribía un corazón,
La A tenía sombrero,
y zapatos de tacón,
la M se le encogía,
la R retrocedía,
y se escapaba la O
Y así, presto, así ligero,
el maestro se marchó,
a comprarse uno nuevo,
para escribir ya mejor
Y cuál fue su gran sorpresa
que fue peor que el primero,
pues solo pintaba fresas
con paraguas y vaqueros…
Las letras se le escapaban
menudo lío se armaba,
no podía escribir nada
y por más que se enfadaba.
ningún boli funcionaba,
y el desastre era mayor
Pobre maestro, qué pena,
ya se pasó a la pizarra,
escribiendo con la tiza,
pues no le pasaba nada
Luego pasaron los días
después también las semanas,
y los «bolis» escribían
sin que las letras hablaran
Y sabéis lo que os digo,
yo creo que aquel maestro,
todavía añora el día
que su bolígrafo nuevo
acabó cobrando vida
Y aún, de vez en cuando mira
al papel ensimismado,
pensando, por si volvía,
aquel «boli» que podía
cambiar la letra en su mano.
muy bueno y acompañado por una sonrisa cómplice como si estuviera en ese juego de palabras
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Gracias!!
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A TI PILAR ERES MUY AMABLE
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