No hay espejo de luz en la palabra clara
pues no se necesita más luz que la mirada
Donde los tejados se cruzan con el suelo
se cierran los destinos apalabrando cielos
donde todo es posible el buscador de sueños
que se quedan prendidos del amor que es sincero
agita ya sus nubes abrazando de nuevo
y descuelga en las horas ese simple te quiero