Si pudiera,
revertir el viento,
y traerte,
galopando,
si pudiera,
alistarte,
en ocho puntos cardinales
a las coordenadas de la paz.
Si yo pudiera…
traerte,
no sería dificil
expresarte
que no hay tanta diferencia
entre la compostura de tu corcel,
y la sagacidad del unicornio,
la elegante figura de pegaso,
y los pies ligeros de Aquiles.
Si pudiéramos
apostarnos,
entre las manos tendidas,
manos abiertas,
en las trincheras de la vida
con la sola palabra de la Paz