(versión larga)

I
La palabra es como la mano de un ángel
y se hace piel humana en quien la sigue,
en aquel que recorre los designios,
de las doradas letras de su nombre.
Es ella quien te aparta, quien disipa
la atracción del vacío, el mensaje apocalíptico
en el juego imposible de los necios.
Es ella quien reverdece el arco iris
y apacigua los tonos del silencio.
Ella es generosa con los cuencos rotos,
amarillea y abraza sus grietas,
tomando forma de nube cristalina.
Y es ahí donde la palabra habita
con la pureza de un manantial
y en la fuerza de su correntía.
Quién la sigue y abraza, en ella encuentra,
el aroma que hace dulce su sendero
en las montañas de la noche.
Quién no encuentra acomodo, en ella halla
el bálsamo que regresa su mirada
bajo la enredadera de su rostro.
II
La palabra sana las heridas
las suaviza con el aceite de sus sílabas
Purga la viña y enardece de frutos
el verdor de su ramaje.
Ella, no te engañes, no precisa
presidir ejércitos asolados,
ni crecer en la sangre de los sacrificios
ni demostrar su fortaleza.
Ella no se reduce a un nombre,
no se visita en el espejo.
Habita en las llanuras de los rostros
sin importarle cómo le nominen.
Solo precisa que permitas
entrar en ti esa bendita ráfaga
y hará crecer en ti las mariposas
que con doradas alas enternecen
el corazón más duro.
Una melodía de amaneceres
que tiñen de celeste tus oídos,
en el alfabeto de sus mejillas.
👏👏👏
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Excelente composición!! 👌preciosa poesía!! gracias..
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Gracias a ti, natural!
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