Pequeño

Sentirse pequeño,

sufriendo en las aceras de la impotencia,

cultivando las flores del miedo,

sin poder cambiar

el camino.

Sentirse pequeño.

temiendo serlo,

pensando

que el pie es demasiado grande para no aplastarte

 

¿y sí todos gritásemos?

voz al viento,

para que nos devuelvas el eco,

El pie es simplemente un sueño de madera

No hay nada más pequeño,

que creérselo.

Si fuera Navidad

 

Un muro de hielo,

en un abrir de ojos

se derrite

entre los trapecios de mi inconsciencia.

 

Un castillo de infierno,

en un abrir de ojos,

se desmorona

sobre la raíz del pentagrama,

tambaleando las cartas,

sobre el tapete de las emociones.

 

Si hoy fuera Navidad,

no se comprendería,

que los faustos de turrón de chocolate

fueran primicia sobre los panes

que habrían de compartirse en el invierno

 

Si fuera Navidad,

no se comprendería,

la metralla oxidando los oídos

de la infancia indefensa

 

Si hoy fuera navidad

Si tal vez fuera…

 

En un abrir de ojos

Se va la magia,

desbocada en sol

entre los clavos de la alambrada.

 

 

 

Reflexiones al borde del pijama

                     Hoy mi reflexión va para los “Virtual Worlds”.  He tenido una conversación sobre ellos que me ha dejado un poco pensativa, porque de lo que está sucediendo a quedarnos sentados con unas gafas multidimensionales, viviendo una vida por encargo, no hay tanta distancia, que no hay.

                 Los mundos virtuales son algo como que tú puedes ser un individuo pusilánime y temeroso, y ale, en el “Counter strike world” eres un descarnado asesino. Efectivamente puedes ser granjero sin granja, amante, adorable esposa, ladrón de bancos, pirata, estratega, reina,  algún personaje histórico. Solo hace falta elegir el juego que más te interesa. El plan está servido, o así lo parece. Te conectas on line y formas una nueva constelación de redes virtuales para inocularte la memoria colectiva.

                    Si eso ya, a algunas o algunos nos da que pensar, por eso de que “pisar firme” en la tierra tiene sus ventajas, pues no es todo, amigos y amigas, no. Tras ello hay también un mercado, en el que puedo pagar por tener- que no tengo- armas virtuales carísimas (no se me ocurre para qué) o joyas para regalar o quizás la decoración de mi mansión virtual. Existen pujas, tráfico de objetos, apuestas, dinero de verdad, negocio, mercado, expeculación, alrededor de todos estos mundos. Algunos hacen dinero con esto.

                   ¿Y qué hay de malo? ¿Si es virtual no hace daño? No sé, ante esto de verdad, yo no daría una respuesta tan clara.  Pensando que miles de menores se asoman cada día a estas redes virtuales, permitidme que ponga en duda qué endiablado mundo estamos creando.

Rescatar las lágrimas

           No temo la crueldad de la batalla, ni el fracaso, lo que temo es recrearme en esa sensación de pérdida,  porque cada minuto que nos autocompadecemos y seguimos en la queja,  perdemos un segundo de subida.

 

Confieso, a veces, he perdido batallas.

He perdido silencios,

rutas, tiempos.

Pero también confieso que no lamento el fracaso,

lo que lamento,

es no haber sido capaz de rescatar las lágrimas

para formar un acordeón con sus sentidos.

 

Modificar el nombre de las flores

La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar.(A. Einstein)

 

Sobre la vitrina una propuesta:

Siempre la misma anti-receta:

Un edulcorante para dormir esta noche

y la máquina para encalarte los segundos.

 

Me asombra

como recoges con prisa el final del día,

grapándolo entre tus ropas,

anhelando

la detención de las promesas

 

Ansías que se acabe el día.

por no vivir,

quizás

también por vivir,

no viviendo.

 

Me pregunto

si tu vacío puede modificar el nombre de las flores,

si puedes escuchar el sonido de la espera,

si en algún reducto de tu obsesión,

se puede salpicar otro comienzo:

Otra vida

donde no sea necesario procrastinar deseos,

donde se sueñe despierto,

y no se precise blanquear el compromiso

entre las limitaciones de la impaciencia,

donde haya un espacio para que nos acerquemos,

en siete dimensiones,

a las identidades de las almas.

¿Qué te sugiere?

Pudiera ser invierno, al mediodía, con una soledad de espantapájaros.

Pudiera estar perdido en el recuerdo de una vida soñada y no cumplida,

esa otra vida, nonata, arrebatando de ira los recuerdos.

Pero también pudiera ser otoño. Sí tal vez, pudiera, ser otoño de castañas de colores,

esas castañas que juegan a despistarnos sobre irisados racimos de uvas rojas,

precursoras del verde de poniente sobre el libro, en la ilusión tardía de un encuentro

Pudiera ser también el cierre de una herida. Ella vendrá y cambiará las notas,

con un ramo de lirios y sonrisas. Pentagrama de luz en las persianas.

Pudiera se un hombre, al fin y al cabo, culminado el paisaje de sus ojos,

con el atardecer sereno de su rostro,  invitándote a sentarte y comentarte

lo suave del tiempo cuando llueve y el devenir de las hojas sobre el suelo.

Tendrá una gran familia, o no, ninguna. Será un hombre de bien, estoy segura,

de esos que comprenden que la dicha,  se encuentra dentro, muy dentro de los días

cuando el sol ilumina las palabras, hay café caliente y una mano amiga.

De cero infinito por ciento

Paso la tarde pegada a una nube

buscando un momento sin pensamiento

De cero infinito por ciento

Dibujo sobre mi mano una palabra

Reclamándome

Todavía guardo una caja polvorienta en el balcón

hay agua de lluvia en las losetas

siempre huidiza

Por cierto,

la luz azul no se apagado en el jardín.

Quizá hay alguna esperanza

para abrir este cuaderno y escribirlo de nuevo

empezando por el final

para así asegurarnos

que caminaremos entre las rocas de la playa

con una caracola de arco iris.

 

Ángulo muerto

              No sé si alguna vez pensáis que, quizá, lo que se nos vende como realidad, no lo es, sino parcialmente. Lo que se afirma como logro, éxito, reto puede no ser sino un auto-engaño.  Nos retroalimentamos en unas exigencias absurdas. La vida se presenta quizás más simple, pero, a la par, por ello más complicada si pretendemos dimensionarla. El nacimiento, el origen, la evolución desde, parte de un cálculo que no podemos realizar con la fracción. He aquí la irracionalidad y a la vez, la vida…el amor. Tal vez- es una pequeña impresión- exista un ángulo muerto que no divisamos.

 

La razón pervierte la medida de mis días

en puntos, cuartos, minutos, segundos, horas

retocando espacios irreales sin tu nombre

una pantalla anuncio entre mensaje al uso

y logros dimensionables

 

La razón pervierte la ecuación de tu rostro

estrella de mis pensamientos

Y porque nada fraccionable resulta interesante

yo me anclo en la fuerza expansiva

que siempre me promete tu pasión

 

El amor sin pasión no es siquiera negociable

pues los rincones de la impaciencia se repiten y son finitos

la finitud debilita y debe descartarse

 

Nuestra unión ha de basarse en ángulos

de ellos ha de partir toda línea

 

Sé que tú quizás ahora no me comprendes

pero aunque tú no me comprendas

el cálculo cobra sentido si me sigues

 

Descálzate

Cuando pesa el barro sobre las botas,

descálzate,

siente la rugosidad de la arena,

la humedad de la hierba,

el tacto de la tierra,

sobre tus pies.

Si te aferras a tus viejo calzado,

los lodos acabaran sumergiendo tus alas

impidiéndote volar.

 

Los ojos del mal

                        Que el mal existe en algunas personas es una realidad. No hay locura en el vecino que a la par de sonreir amablemente cuando va a comprar el pan, maltrata a su pareja, a su madre, a sus hijos o a sus dependientes. No hay locura en él que, anteponiendo sus propios deseos objetualiza a los demás, buscando en ellos la satisfacción propia, sin ninguna empatía con sus sufrimientos, sea por dinero, sea por satisfacerse sexualmente, sea por orgullo, sea por despecho. Pero el mal dota a las personas de una característica propia:Su mirada. Obviamente los ojos son diferentes en su forma o color, pero la mirada, la mirada, siempre me impresiona la misma.

                     Hace unas semanas, reflexionando en estas impresiones, escribí lo que ahora comparto:

LOS OJOS DEL MAL

El mal no tiene corazón

El mal tiene mil rostros

pero el mal siempre observa con los mismos ojos

atornillados, fijos, impasibles, rotos

encallados sin puerto,  a veces hirientes,

otras perdidos, anclados, sin  destino

Por mucho que se escondan

Oscuros, huidizos, cabizbajos

Por mucho que te devuelvan desafiantes la mirada

Inexpresivos, arrogantes, pretenciosos

Siempre son los mismos ojos.