Resulta altamente superfluo
decirte que el tiempo no sobra,
que la vida no es apuesta,
que no hay minutos ni horas
ni es la tarde la que embarga,
que apremia el reloj y en la resta
toda nota se acobarda.
Resulta, en verdad, prescindible
y sin embargo, no amainas,
ni la tormenta de fuego,
ni la ventisca de lágrimas,
los acentos del reproche,
atrapando mi palabra.
Resulta altamente superfluo
Y sin embargo, no arrancas,
pasionaria de tu jaula,
esperando que alba al día
te regalen la esperanza.
No está en los otros tu vida
sino dentro de tu alma