La lluvia parece querer romper los cristales
y sin embargo tú, abres tus ojos a la luz, sonriéndome-
Me aferro a tus pequeñas manos envejecidas
preguntándote por qué piensas que es sencilla la vida,
mientras transformas mi tiempo en crucigrama.
Extiendes una pequeña tela de colores
pero es tu tacto el que entrelaza sensaciones. Ese tacto
que huele a hierba y a tostadas con mermelada de ciruela
ese tacto de abrazos
Permaneciendo en tu aroma
como en un sueño consciente me detengo, observándote
cuando, curiosamente, un soplo de viento sacude la ventana
recordándome que hace más de diez años que me faltas.