Confieso no me entusiasma el minimalismo y las doctrinas estandarizadas,
y ya va un cuarto poema intimista, ahondando en mi filosofía.
BARROCO
La mácula al nacer
en ese adjetivar polisémico
de la imperiosa curvatura de tus líneas,
femenino, irracional, dionisiaco,
siempre lo peyorativo que nos une a las hembras y las artes.
Y eso quizá es el mayor atributo
de la eternidad de tus fundamentos.
Y si menos no es más,
si ese menos,
creado en las subprimes y los brokers
es solo frío,
la uniformidad de un cliché de lo estéticamente correcto
y lo moralmente incorrecto.
Si menos no fuera más
y puede que nunca lo fuera,
te alzarías victorioso entre los géneros,
sobre la diversidad del argumento,
sin anormarnos,
enfáticos,
en la pasión visual de un múltiple caleidoscopio
y la llanura viva de la inocencia
desbordando colores, curvas, formas, vida.
Dame, pues, música,
dame abundancia
Dame Baroco*,
el silogismo
emborrachado en la suerte de los ángeles,
dame la tierra que gira
y que promete
la existencia de más lunas.
(*vocablo baroco o barocco que designa en la lógica aristotélica un tipo de silogismo)