La mala calidad,
la baratija,
prosa del conformismo
o la paciencia,
la indigencia o la ciencia,
la palabra académica,
la pluma,
la palabra impresa,
la palabra huida,
la perdida,
denostada,
la palabra ausente,
la no escrita,
sí, esas palabras
que van llegando a tientas,
y que te envuelven
destendiendo recuerdos,
y alborotando esperas.
No hay palabra buena o mala,
hay sentimiento,
por eso,
siempre que un verbo emocione,
aun sin tilde,
un solo verso,
“siempre que haya un aliento para el hombre”
Sin duda, habrá poesía