
LAS PALABRAS, a veces, se agrian,
asustando a la mente,
destronándola de su infinita ansia
de seguridad.
Adrenalina. Vuelta al ritmo conocido.
Rutina. Pauta. Norma.
Un soplo de aire frío.
LA MENTE que aconseja,
no te salgas de las marcas
marcadas de la ruta
con migas de pan y de papel.
Volvamos a casa,
a un lugar seguro.
Más vale el invierno de chimenea
que una primavera prometida.
ALTO ahí, la intuición se queja,
tú eres la capitana de este navío.
No dejes el timón a quien aburre
con sus consabidas rumiaciones.
ESCRIBO
a mi estimada mente racional,
eres una sutil herramienta
para mi supervivencia.
Pero esta vez no te haré caso,
no quiero aceras del miedo y de la duda,
yo busco la frase escondida
en cada amanecer.
Un mal enfoque
tiene mucho que ver con la lente que elegimos.
Esas palabras finales… Así concisas como son me encantan. Son ese tipo de verdades al desnudo sin proceso de destilación. ¡Genial!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Sheila!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona