El otro día leí un manifiesto contra la palabra felicidad. En la raíz de la aversión a esa palabra está la necesidad de sentirse seguro, sufrir menos. La ráiz del cálculo a la que la mente nos aboca: cuantas menores son las expectativas, menor es el riesgo de fracaso. Pero yo no concibo el significado de la felicidad de esa manera; es decir, conseguir cosas, tener éxito, subir más peldaños…Para mí la felicidad es un estado interior, que muchas veces confieso yo tampoco tengo y que no depende de lo que hayas conseguido, sino de encontrarse en paz con uno mismo, haya pasado lo que haya pasado. No quiero dar más vueltas sobre este concepto, pero sí reflexionar sobre algunas palabras cuyo uso, en algunas ocasiones, me disgusta: Esperanza; Nostalgia y Fe. Esperar algo, en muchas ocasiones, implica situar fuera de tí la causa de que algo suceda. Es como esperar a que llegue el metro para subirte. Pero hay muchas cosas en la vida que no puedes dejar para «esperar», porque si no vas a por ellas no van a venir. Ello no quiere decir que muchas veces no vayas a fracasar, pero sí que la única manera de formarnos una vida como queremos es arriesgando. Por lo que deseo pronunciar la palabra «arriesga» «toma el control de tu vida». No me gusta la nostalgia porque significa permanecer en un tiempo que ya pasó y perder la perspectiva del presente. Debemos amar el pasado y asumir lo bueno que nos trajo, pero teniendo en cuenta que nuestra vida está ahora en el hoy y que debemos ir a por el mañana. Por lo que cuando la digo, deseo pronunciar la palabra «ahora». Tampoco me encuentro cómoda con la palabra fe; no tanto por su significado como por las connotaciones que se le dan. Creer a ciegas, creer porque te lo ha dicho alguién, o mentir que crees en algo, es totalmente inútil, en mi opinión. Para mí la palabra raíz sería confianza, porque solo teniendo confianza se puede llegar a ese estado en el que tú sientas de verdad lo que afirmas.

Pero, y ¿si no es así?

Para la RAE esperanza es el estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea. Por lo tanto, para tener esperanza tenemos que tener deseo y entenderlo alcanzable. Entonces ¿Cómo no te arriesgas?

Para la RAE nostalgia es la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. Y por qué no la bendecimos y seguimos adelante con una sonrisa por ese bonito recuerdo.

Para la RAE fe también en una de sus acepciones es confianza.

Feliz noche de Reyes.

Anuncio publicitario

2 comentarios en “Reflexiones para una tarde de Reyes

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s