Feliz día de la poesía

Soñé que era guerrera,

mujer pájaro,

con alas extendidas y ampliadas.

Soñé que visitaba tus infiernos,

para borrar el hilo que nos ata,

y las cadenas del fuego que nos dejan

todas las batallas innombradas.

La herida era grieta, lanza hiriente.

el silencio era plomo, innecesario

y no había sutura ni sustento

que pudiera ser aire de poniente,

en corazón extinto y desarmado.

Y cuando abrí los ojos

aún soñando,

el cráter del averno supuraba,

de su propio dolor cerró su herida

y para su conversión se hizo paisaje,

una llanura de pastos y zarzales.

Y volví a abrir  los ojos,

aún soñando,

todo era cielo abierto y estrellado,

y en un giro suave de astrolabio,

67 pasos hacia el carro,

de una sola lágrima, asomaron

tres estrellas brillantes

y en mi mano

dibujó su cintura el universo

mensajero de viento esperanzado

en esta cálida noche de verano.

Bajo el imperio de la luna

soñé que

regresaba.

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