Ya no recuerdo cuando fuimos algo,
algo como la piel atardecida,
revolucionando los mapas,
y todas las apuestas.
Ya no recuerdo,
y mira que lo intento,
aquella mirada desgobernando
todas mis razones.
Mientras transita el día
sobre mi ventana,
resulta inexorable
el cierre y el telón,
ya no hay persianas
para tamizar los desencuentros.
Y yo,
ya no recuerdo, cuando
tal vez, fuimos algo