Un saco de boxeo
desencajándose,
a los golpes.
Muchas veces me siento
el propio saco,
desterrando,
mis contornos,
concentrando el impacto,
el saco golpeado, inanimado,
en su vaivén,
retorciéndose…
El ambiente es plomo sudoroso
escasea la luz,
y tal vez el oxígeno…
Hay veces
que también soy el púgil
hiriente en sombra,
en la rebusca,
de las emociones derrotadas.
No me gusta este combate
ni las cuerdas del ring,
esta batalla
no es más que una huida.
Hay veces que me siento
un saco de boxeo.