Sin vuelta.

He soñado

una historia:

Las hojas, en correntía, sobre el rio

y un reloj apagado en una estación de tren sin pasajeros,

pero cuando he vuelto la mirada,

la claridad del día retozaba sobre mis manos

y dudé

como sigo dudando,

pueda recomponer sus páginas marchitas.

 

Parece misión imposible

mirar hacia atrás sin darse la vuelta.

 

Plantaré una palabra

sobre mi espalda,

el cuello de la botella no digiere

más acentos.

 

Versaré mi luna

para pedirme, a mí misma, indulgencia

sobre la gasolina incendiaria del recuerdo.

 

Los guijarros clavados en la arena de la vida

y qué salvaje el dolor cuando no duele

Ya no recuerdo

Ya no recuerdo cuando fuimos algo,

algo como la piel atardecida,

revolucionando los mapas,

y todas las apuestas.

Ya no recuerdo,

y mira que lo intento,

aquella mirada desgobernando

todas mis razones.

Mientras transita el día

sobre mi ventana,

resulta inexorable

el cierre y el telón,

ya no hay persianas

para tamizar los desencuentros.

Y yo,

ya no recuerdo, cuando

tal vez, fuimos algo

 

Dilema

La cascada

sobre las rocas de mis dilemas

rebate todos mis argumentos,

humedeciendo los versos

retocando

los sonidos de nuestros ojos.

Volverán las brumas, sin duda,

Pero ella

Imperiosa

Volverá a mojar la hierba cada primavera.

Maldición

La forja de oro de los dioses,

a veces, no sabe de versos,

y yo, no preciso espadas

para malear las rocas.

Yo solo preciso que las olas

mojen mis manos

en un devenir sinuoso,

la suavidad de la espuma

batiéndome

las alas.

Quiero que tus ojos me miren

y no se confiesen…

Lástima que tenga esta maldita capacidad

de ver más allá de lo que me dices.

Volveré

Es ahora cuando pienso,

que,  quizá nunca es tarde

para abrazar el origen,

mar de luces,

perdiéndome en ti,

existiendo en ti,

mutándome,

contagiándome,

de la cordillera de tus besos