El vértigo de una partícula,
rechinando
sobre los bordes de mi conciencia.
Ninguna infinitud se normaliza,
en la gravedad ajena,
cuando somos átomos,
como manzanas,
pretendiendo la comprensión de este misterio
que nos une y nos ata,
nos retoma
entre la indentidad del Universo.
En este pequeño espacio
donde soy yo,
«Ser o no ser»
soy o no soy,
esa pregunta,
retumba como un eco
y se colapsa en las ondas de tu nombre,
porque tú me renombras
en la incertidumbre de todas las respuestas.
Miles de imágenes de yo,
en proyección,
sobre un tú ileso,
sobre un yo ileso.
La naturaleza elige cuando me miras.