Hay días que son
acantilado,
recipiente del mar,
de ese de dentro,
y pirotecnia
de todos los sentidos.
Cascada sobre dunas,
turbulencia,
esculpiendo la luz.
Cuando la luna que habita
tu noche o tu desencuentro,
vista de negro tus alas,
y el tic tac del reloj
torture todos los motivos,
retoma sus aires,
pues esos días son mapa,
amaneceres,
coronándote,
en el gobierno de los vientos.