Hay veces que el amor vuela tan alto,
como un cisne negro,
sorprendiendo la huella de mis cielos,
Con un conjuro ancestral y detenido
en la asombrosa predicción de tu mirada.
Si no hubiera más sucesos
que tu nombre,
si no hubiera más segundos
que los tuyos,
si no hubiera más amor
en este sueño,
transformando
el color de la noche,
cuando asoma
la palabra del día,
la mañana.
Esa ventana abierta hacia ti.
No existe escala,
ni potencia
para medir el impacto de tus ojos,
sobrevolando la Luna de los míos.