Garras,
Mujeres con garras,
Lobas, Águilas,
en la imaginaria masculina.
Mujeres,
trepando las densidades más ignotas,
el vértigo oscuro del placer.
Garras,
para desposeerte
y poseerte,
sobre los tejados
en los que anida la Luna.
Quien no esté preparado
para alzar el vuelo,
es mejor se abstenga
de mirarlas.
No hay caballero, doncel,
ni siquiera poeta,
aunque sea errante,
que pueda osar
a atraparlas en la noche.
Las mujeres con garras,
no reconocen más dueño
que el sol de mediodía
ni más Imperio
que su sombra
columpiando
los atardecer de verano.
Es hora de que la historia
sea escrita al revés.