
Si escribir es un acto devoto
navegante
en el ritmo idolatrado de la prosa
y la indisciplinada metáfora ,
criticar el verso ajeno
sin mayor pretensión que escucharse a sí mismo
es solo un vómito
ególatra y satánico.
He conocido demasiados verbos
que solo sobreviven parasitando
la identidad ajena.
Y todavía no me explico
cómo puede pretender ser verso
aquel que solo vive
de su propia sombra.
Pretencioso sentido, mas tan ajeno
a la libertad de la palabra.
Cuántas veces es necesario guardar silencio
para atrapar la nube y ser frontera
de la naturaleza más salvaje.
Si algo enseña esta tierra
es que la mayor fantasía
es no conocerse frágil
y en ocasiones demasiado oscuro.