Ayer encontré un libro  en el trastero. En el enjambre, de Byul Chul Han, ni siquiera me sonaba. No recordaba haberlo comprado, siquiera tenido, y menos relegarlo a un lugar recóndito, debajo de una caja y una almohada, que tampoco, en honor a la verdad, me sonaba mucho. Lo hojeé un poco y lo volví a dejar en su lugar, con la intención de preguntar a mis amigos si era posible que hubieran dejado este libro cuando me ayudaron a guardar unos muebles viejos.

       No todos los amigos son igual de importantes. En mi caso era curioso que mi amigo más especial, aquel que siempre tenía algo que decir, fuera un amigo virtual. Nos seguíamos en todas las redes. Él era ingenioso, divertido. Me encantaba leerle. Además, era culto, listo y físicamente estaba fenomenal. Ya, ya, cierto, me tenía enganchadita.

       Cuál fue mi sorpresa que mi amigo Reten21 había puesto una entrada comentando ese libro, sí, ese, el que estaba en mi trastero. Será casualidad…Me quedé alucinada, y pese a que eran las tres de la mañana,  me vino a la cabeza la posibilidad de rescatarlo. Ahora sí que iba a impresionar a mi amigo Reten21, le copiaría unas frases del libro y quedaría como una experta en filosofía

        Accioné la linterna de mi teléfono y subí en el ascensor a la planta de trasteros. Me dirigí hacia el mío con determinación y cuál fue mi sorpresa: Tenía un inquilino, un sorprendente inquilino.

     Ya estaba claro, por eso había encontrado el libro. Ahí estaba Reten21 durmiendo sobre mis cajas. Me miró sorprendido, con cara de susto, como suplicándome. Dijo que me lo podía explicar, que se había quedado sin trabajo, sin vivienda, que tomó prestado el trastero para dormir unos días hasta encontrar nuevo empleo, que no sabía que era el mío, que le ayudase…

       Me dejó atónita, no sabía qué decirle. Ya no me parecía tan genial. Estaba despeinado, era más bajo de lo que pensaba y encima parecía menos interesante. Así que no le dije nada. Llamé a la policía sin dirigirle palabra y fue desahuciado amablemente por los agentes.

      La pena es que me bloqueó en las redes y no puedo darle al me gusta a esa entrada sobre el libro.

     ¿Y de qué iba? Pues, bueno, una rayada de esas, sobre que la era digital y el mundo virtual nos están alejando de los otros,  que no hay unión para cambiar las cosas.

     ¡Qué sabrá ese Coreano! Qué lástima de filósofos, seguro que no salen de su mesa de estudio y no tienen “mundología”, que no, que no, hazme caso a lo que te digo, que esa gente no está en la vida. No se fijan en la cantidad de amigos y relaciones que se “hacen” en la redes ni en lo que puede hacer twitter cuando “arde”.

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14 comentarios en “Un molesto inquilino

      1. El ensayo filosófico que recomienda narrativamente el microrelato, pretende ahondar en los problemas de una sociedad de redes, en cuanto su cohesión y su posibilidad de modificación de la estructura social. Arden las redes, se dice mucho, pero hasta dónde

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      2. SI !SU DIMENSIÓN A SOBRE DIMENSIONADO SU PODER , QUE LAMENTABLEMENTE MUCHOS USAN PARA OTROS FINES Y DIRECCIONAMIENTO A LAS PERSONAS INCULCÁNDOLES SU OPINIÓN , SE NOTA CADA VEZ MAS LA FALTA DE EDUCACIÓN- PARA SER UN LIBRE PENSADOR Y TOMAR SUS PROPIAS DECISIONES, ES TODO UN TEMA EN EL CUAL ESTOY MAS INTERESADO Y ESTUDIO TODAS SUS VARIACIONES EN LAS PERSONAS

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    1. Creo que este libro, recomendado subliminalmente en esta narrativa, el cual «conoces bien», acierta cuando dibuja un individuo que, aunque parece muy interconectado o relacionado, no lo es tanto, en cuanto se aliena de la realidad.

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  1. Me quedé prendada con la historia, reten21 debía tener alguna habilidad real para empatizar, en las redes vas adquieriendo cierta experticia para descubrir detrás de las palabras a tu interlocutor. Me agradó el relato y me dejó como en puntos suspensivos… esperando algo más.

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  2. ¡Pobre Reten21! Sin casa, sin trabajo, bajito, poco interesante y encima detenido. Bueno, por lo menos esa noche dormiría calen tinto en comisaría. Aunque esa habilidad de abrir trasteros ajenos, tal vez, le podría ayudar a solucionar sus problemas.
    El tema es muy interesante. Puede que en algún momento nos arrepintamos de haber creado monstruos anclados a una pantalla.

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