En estos siguientes 21 días, publicaré cada día un poema que nos enseñe a querernos a nosotros mismos. Que sea amarse y cuidarse el reto de estos 21 días. Si nos cuidamos, cuidaremos también de los demás.
Vigésimo primer día de confinamiento
y quizá demasiado tiempo
en regresión.
Cada tramo del pasillo proyecta los pasos,
aquellos no vividos, los perdidos,
cuestionando las bifurcaciones,
cada elección de la vida, cada espacio,
dando vueltas al yo.
Es hora de parar. Darse permiso,
para amarse, simplemente.
La luz traspasa la ventana
iluminando el suelo de madera,
quiérete,
ten esperanza.
Hallaremos una puerta abierta
que nos devolverá la primavera.