Que no haya despertar
sin que me encuentre,
tus besos en mi espalda
Y que sean tus versos,
que lo sean,
los que cubran de amor mi madrugada,
porque no hay tiempo
para no despertarse
sin sentirse.
La semiótica de tus labios,
descubriendo el signo,
ese inmenso oleaje
que imanta mi boca.