Los absolutos no contemplan más que un instante. La poesía puede ser un absoluto. Quizá un atributo pretencioso.

                    Hoy reivindico además la rima. La rima no es algo antiguo, tampoco su verso es impostado, ni forzado, si fluye como música. Es la música la que empuja las palabras…

 

El papel se agita demandándose

agorero de sinos y de afrentas

vindicándose rey de la experiencia

y  guerrillero de azar en la consciencia

 

El papel me agita, demandándome

qué es un verso sino la transcendencia

qué es trascender sino la intrascendencia

de mutar siglo a siglo en complacencia

los sonidos del mar en afluencia

con el verde azulado de su lente

tornasolada actitud de su secuencia

 

Dónde abrazan las manos, dónde huyen

los vientos que arroparon mi presente

La inmensidad que apaga toda suerte

de ya fotografiar su evanescencia

el instantáneo reflejo de lo eterno

troquelado en las luces de su esencia

 

Pretencioso papel de este destino

Papel que clama timonel sin tino

Marcaje de palabras que se fueron

de aquellos versos que ayer se perdieron

bajo la trama de perder su ritmo

canje de libertad en algoritmo

qué caro fue el matiz que le impusieron

en prosa o boudeville de tapadillo

 

Pretencioso papel que desconoce

que el cálculo no empieza en uno mismo

 

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10 comentarios en “Pretencioso papel

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