Cuando alguien se va, queda un interno vacío que pesa como plomo. Recupero esta entrada que reflexiona sobre este sentimiento amargo
Tú te vas de mi,
sin que quieras partir,
sin que yo quiera.
Es cruel la visitante, siempre fría
impredecible y amarga compañía
que puede reclamarnos a cualquiera
Y es que al fin, no somos más que olas,
navegando hacia al azul de las mareas,
y por mucha la fuerza o las batidas,
por mucho aplomo que tengan las maneras,
alguna vez nos toca la partida,
hacia el ocaso del agua que bombea,
los latidos del alma que surtía,
Aqueronte en corriente pasajera,
más allá de la muerte conocida,
más allá de la muerte y de la vida.
Quién pudiera reclamarte al Hades
para encontrate mañana cuando vuelva
Mas no hay con quien hablar
ni nadie que comprenda
Y tú te vas de mi.
aunque yo grite,
sobre el agreste cristal que nos separa,
no hay nada que lo evite,
ni nadie a quien clamar que no te mueras
Texto: Universoespejo. Pilar Astray Chacón
Imagen: cesión gratuita Pexels. Cedida por @ronindice
Siempre latente ese miedo
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Cierto!!! Abrazo!!!
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Siempre, es cierto, pero aprender a cerrar el grifo de los miedos y entender aunque duela que la muerte es una parte de nuestro caminar diario.Besos!!
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Muy cierto tu comentario!?
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🙂 Besos!!
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A ti!!! Besazos!!
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cuando alguien se va queda un vacío que solo se puede llenar con los esponjosos recuerdos
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Precioso tu comentario!!
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Un adiós que nunca queremos darnos, que tratamos siempre de postergar por todos los medios a nuestro alcance, pero inevitable por más que duela.
Muy emotivo.
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Gracias! Un abrazo.
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Si a alguien has perdido…. entiendes de lo que hablas. Me parece tan bonito, tan sencillo y bien expresado. Tierno.
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Gracias! Un abrazo.
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